No cabe duda que tomar la decisión de ir a estudiar fuera es tan emocionante como aterradora. La adrenalina de enfrentarte a lo desconocido, siempre aviva ese espíritu aventurero que llevas dentro. Pero, una vez pisas esa nueva ciudad, las cosas se ven cada vez más complicadas y menos divertidas. Para todo aquellos que actualmente esten enfrentando esa situación, he preparado una lista de 10 cosas que me hubiera gustado saber cuándo decidí ir a estudiar fuera.
1.- La mudanza no siempre es divertida
Esta claro que no siempre se puede empacar todo para ir a vivir a otra ciudad. Te guste o no deberás que deshacerte de la mayoría de tus cosas. De igual forma, tendrás que decirle adiós a tu familia, amigos y mascotas, lo que para algunos resulta en una tarea emocionalmente agotadora.
2.- La privacidad pasará a segundo plano
Sí creías que, por ir a estudiar fuera gozarías de un
espacio personal más amplio al estar lejos de tus padres y hermanos, déjame decirte
que te equivocas. La mayoría de nosotros tendrá que recurrir a roomies para
poder llegar a fin de mes, lo que implicará compartir con completos
desconocidos: baños, áreas comunes y en algunos casos hasta la habitación, lo
que implica adaptarse a diferentes costumbres y formas de vida que no siempre serán
de tu agrado.
3.- Vas a querer volver
Muchos dicen que los primeros tres meses son los decisivos
para saber si te quedas o te vas. Habrá días en que el cambio será tan difícil de
asimilar que no querrás hacer otra cosa que volver a casa. Para esas
situaciones lo único que puedo decirte es que recuerdes porque tomaste esa decisión,
mantente firme y rodéate de personas que te hagan sentir como en casa.
4.- Las cosas cuestan
Ya sea que anteriormente tus padres te dieran mesada o
trabajaras por tu cuenta, sabías que el dinero obtenido era completamente tuyo.
Tú decidías si gastarlo en ropa, fiestas, videojuegos o tonterías, pero ahora
las cosas ya no son así. Cada centavo que recibas tendrá que ser distribuido en
las cuentas por pagar, como la renta, los servicios, el transporte, la despensa
y los gastos escolares. ¡Ya llévame diosito!
5.- Te vas a perder
No importa lo mucho que veas Google Maps o lo bien
documentado que estés sobre las calles de esa nueva ciudad, es posible que un
día llegues a perderte y tienes que estar preparado para ello. Recuerda procurar
mantener la calma y pedir ayuda cuando sea necesario. Ten siempre a la mano el teléfono
de un amigo que pueda ir por ti o que pueda indicarte como regresar a tu zona,
te aseguro que estarás bien.
6.- No desearás enfermarte, siquiera para faltar a la escuela
Quizás en casa cuando te enfermabas se te permitía faltar a clases y tu mamá te pedía reposar en cama mientras veías películas o jugabas videojuegos. Eran tus padres quienes se ocupaban de conseguirte consultas, medicamento y prepararte tus platillos favoritos para levantarte el ánimo. Sin embargo, ahora que vives solo tendrás que hacer cara a la enfermedad y ponerte de pie sin importar lo mal que te sientas para poder ir a consultar y conseguir los medicamentos correspondientes. Además, por más que lo desees, no podrás pausar tus responsabilidades pues aún tendrás que limpiar, cocinar y hacer tus deberes. La vida es dura, bro.
7.- Tendrás que hacerles frente a tus miedos
Ahora que vives solo no podrás pedirles a tus hermanos que
maten esa cucaracha voladora que entro a tu habitación. Tampoco tendrás a tu
mamá que te tranquilice ante una tormenta eléctrica o a tu papá para que se
asome a ver que fue ese ruido en la sala. Todas estas situaciones las tendrás
que enfrentar solo o con tus compañeros de habitación, por lo que poco a poco
se irán convirtiendo en tu nueva familia.
8.-La mejor lección que te habrá dado mamá es la de limpiar tus trastes después de usarlos
La razón número uno para pelear con tus roomies será la misma por la que tú y tu mamá peleaban constantemente, LA SUCIEDAD. Y es que te darás cuenta que vivir en un ambiente descuidado es abrumador, y es molesto entrar a la cocina después de un día completo en la escuela, para encontrarte con una montaña de trastes sucios, agua apestosa y aceite por todos lados. Por lo tanto, trata de no ser “ese roomie” y procura respetar el espacio, la comida y reglas de limpieza para una sana convivencia.
9.- Los amigos serán vitales para tu supervivencia
Así seas la persona más antisocial de toda tu familia, al estar viviendo lejos, los amigos pasaran a ser tu grupo de apoyo para las situaciones difíciles. Serán ellos quién te ofrezcan un hombro donde llorar cuando la estés pasando mal y también serán ellos que celebren todos tus logros. No importa si es uno, dos o cien amigos, lo importante es tener a alguien a quien recurrir siempre que sea necesario.
10.- Toda situación buena o mala pasará a ser una anécdota que contar
No cabe duda que ir a estudiar fuera no siempre es fácil, y habrá días en que no dejes de cuestionarte en que diablos estabas pensando cuando tomaste esa decisión. Sin embargo, con el pasar de los días entenderás que todo lo bueno y lo malo que has vivido como “estudihambre” pasará a ser una historia graciosa que contarle a tu familia o amigos en tu regreso, y no habrá persona más orgullosa de ver lo mucho que has crecido y lo cercano que estas de cumplir tus metas, que tú mismo.
Y tú, ¿qué otro consejo le darías a una persona que ha decidido ir a estudiar fuera? Déjala en los comentarios.